Empezamos por el desayuno.
El desayuno perfecto debe contener:
- 1 bebida caliente, imprescindible para rehidratarse, como un té, un café o un chocolate caliente.
- 1 fruta. Opta por los cítricos enteros o exprimidos en zumo; las frutas exóticas como los kiwis, los plátanos, la piña y compañía son ricos en fibra y constituyen un auténtico cóctel de vitamina C.
- Los cereales, el pan integral y los biscotes, el muesli o los copos de trigo inflado son igualmente ricos en fibra para el desayuno.
-Productos lacteos. Puedes elegir entre un yogur, un queso blanco e incluso queso de cabra o de camembert, o un simple vaso de leche.
Para un desayuno ligero prefiere el pan integral al pan de harina refinada, un té natural, medio pomelo y margarina para tus tostadas.
¿Tienes un hambre canina? ¡Opta por un desayuno dulce y salado! Viva el jamón serrano o york, los huevos fritos y el beicon a la inglesa. (Versión más equilibrada: prueba entonces el porridge dulce, una papilla a base de copos de avena y una macedonia exótica rociada con té verde.)
¿Qué especialidades elegir para un desayuno perfecto?
es el momento ideal para darse un capricho y lanzarse al mundo de los sabores Los imprescindibles: croissants, las napolitanas de chocolate y los brioches, mientras que las tortitas, torrijas, gofres y buñuelos se dan cita a veces en la mesa del desayuno. Los huevos pasados por agua, una tortilla o un huevo revuelto se dejan igualmente saborear en el desayuno.
Desayuno diferente
Para resumir en uno el desayuno y la comida, ¡cambia tu desayuno por un brunch! (contracción de breakfast (desayuno) y de lunch (comida) en inglés). Dulces y salados, ¡tanto en la comida como en la bebida! Muchos restaurantes españoles que se han sumado a esta tendencia y ofrecen diversos tipos de brunch. Y también puedes hacerlo en casa, ¡claro!
¡A comer!
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